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LO ATAMO CON ALAMBRE LO ATAMO

Cincuenta y cinco días. ¿Increíble no? ¿No fue ayer que el tano no cobró el penal al pipita? ¿No fue ayer que los que nunca erran un mano a mano, ese día los erraron? Parece que no, parece que pasaron cuatro años. Cuatro pirulos manejados por el “flaco” Traverso. Tan rápido pasaron que Argentina no logró conformar una selección confiable luego de ser finalista del mundo.

Somos así, en todo. A último momento. Hasta creo que nos encanta. Que feo debe ser tener todo armado hace 2 años como los alemanes o los españoles. Incluso como los brasileros, que encima que juegan un huevo a la pelota, ahora al hombre este con nombre de alfajor infantil, se le ocurrió armar un terrible equipo. Capaz de serlo sin siquiera necesitar mucho de Neymar.

Más increíble resulta el problema, cuando vemos que en el medio también se perdieron dos finales increíbles de Copa América. Aun así, no se pudo conformar un equipo medianamente sólido para llegar a Rusia. La necesidad imperiosa de resultados es nuestro único y cruel villano. No existe otra selección en el mundo con semejante necesidad de coronar un título.

Esto reventó a Sabella, que según sus propias palabras, terminó muy desgastado mentalmente el proceso y no tenía las fuerzas necesarias para intentarlo de nuevo. Quizás esa decisión de “pachorra” está pagando actualmente el seleccionado. Dentro de la misma competencia mundialista había encontrado nombres y funcionamiento que hacían pensar en un buen futuro.

A Gerardo Martino le pasó algo muy parecido. Le fue imposible continuar luego de los dos piñones otorgados por Chile. Ya muy comprometidos en la bélica eliminatoria sudamericana se apeló a “sacar puntos” de la mano de Edgardo Bauza. Nada que ver con la idea de los anteriores entrenadores. Y tampoco nada que ver para con los jugadores que disponía.

Claro que el resultado fue el lógico. Dirigió solo ocho partidos y hubo a ir a prender velas a Casilda. Al lugar de nacimiento del DT que nos había ganado dos veces en los últimos años. Mucho no podía hacer tampoco, con la soga al cuello y con un pedazo de concreto en las patas. Hasta se le llegó a pedir que empiece a armar el proyecto para “Qatar 2022”.

La realidad marca que Argentina terminó entrando por el ventiluz del baño. Y uno pensaba que a cincuenta y cinco días de que abra el circo, las cosas iban a estar un poco más claras. Las únicas certezas son que Messi jugará con la 10 y Otamendi con la 6. Estaba también decidido el 1, aunque ahora solo falta que aparezca un video de Romero diciendo: “pelado, Armani de titular”.

Argentina llega así, como nosotros. Justo al laburo, sobre el horario de entrada al colegio. Con el bolso para los 15 días de vacaciones armado media hora antes de salir a la ruta. Porque al dt los eligen argentinos, y casualmente los jugadores también son argentinos. La idea de “Plan, programa y proyecto” simplemente no va con nosotros. Solo queremos resultados, ya mismo.

Dicho todo esto queda claro que el mundial quedará seguramente en manos de Alemania, Brasil o España (Francia también con buen potencial). ¿O usted piensa distinto señor? Claro que si, no me pregunte como ni me pida explicaciones coherentes. Argentina en el mundial tiene las mismas chances que cualquiera de estos grades equipos.

Así como está, sin saber 9 de los 11 titulares mientras al resto solo les falta decidir el 22 y el 23. Con una lista preliminar de 35, con reuniones hasta con el 4 de Cambaceres. Así vamos a llegar, atados con alambres. Ni siquiera alambre nueva, una recauchutada de un viejo tejido. Pero así y todo, en un mes, en ese corto y vertiginoso periodo de tiempo. Los jugadores argentinos son capaces de cualquier cosa. Porque atamos todo con alambre, pero sostenemos con las manos si es necesario para que no se corte. Ah, me estaba olvidando, además tenemos al mejor del mundo.


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