4 DE DIAMANTES
Hay que ser bastante optimista para sacar cosas positivas del partido de anoche. El punto tiene (por el momento) sabor a casi nada. Así como consideramos como “muy valioso” el empate en Brasil, hay que ser realista ahora. La unidad cotiza mucho menos en pesos que en reales. Y si vamos a lo futbolístico, el valor es bastante parecido.
River tuvo un claro retroceso en el funcionamiento. Fue un partido pre-Boca, en donde las llegadas al arco contrario salían forzando la máquina. Donde todo costaba mucho más. Post-Boca la cosa fue distinta. Belgrano y Defensa hicieron pensar que ya no perdíamos aceite. Que la máquina comenzaba a funcionar silenciosamente.
No obstante tengamos en cuenta al rival, la competencia y sobre todo el arbitraje. Que no favoreció ni perjudicó a ninguno. Pero madre mía, pobre arbitraje latinoamericano. Si el objetivo es elevar a la Copa Libertadores lo más cerca posible de la Liga de Campeones Europea, con esta forma de arbitrar es lisa y llanamente: IMPOSIBLE.
Pero como creo ser un tipo medianamente optimista, me voy a animar a ver el vaso medio lleno. El rombo conformado por Arquero, centrales y número 5, da muchas esperanzas para el futuro de la copa. Lo más difícil para el millonario será sortear esta complicadísima fase de grupos. Que por como arrancó, parece que nos tendrá en vilo hasta el último partido.
Si el conjunto de Napoleón logra el primer objetivo, las expectativas de llegar hasta lo último crecerán rápidamente. Y justamente apoyados en esta base de diamantes conformada por Armani, Maidana, Pinola y Ponzio. Pura experiencia puesta al servicio del técnico. Experiencia que en estos últimos partidos, fue acompañada de buenos rendimientos.
Claro que nadie se pondrá a discutir los niveles del 1 y el 5. Lo de Franco Armani es verdaderamente extraordinario. Una tapada milagrosa para mantener el 0 y seguridad para cortar todo lo pasa cerca del área chica. Si queda en River por mucho tiempo, tiene las facultades para sentarse junto a los grandes del arco del más grande.
Los que consolida la base son el 2 y 6. La dupla central con la que soñó Gallardo una vez que logró traer a Pinola de Rosario Central, está comenzando a hacerse realidad. La pucha que costó, entre los problemas físicos del caudillo y el bajo nivel del ex-canalla, lo único que lograban era hacer extrañar al pibe Martínez Quarta. De nivel descollante hasta la suspensión.
Las 3 cosas cambiaron: Maidana mejoró de sus problemas, Pinola levantó el nivel y el bueno de Martínez Quarta no retornó de la mejor manera. Gallardo se la jugó el partido más importante y apostó por ellos. Claro está que no fallaron. Desde Boca para acá, River recibió 2 goles en 4 partidos. Pero más allá de la fría estadística, el nivel mejora partido a partido.
Ambos pueden dar muchísimo más. Pero se los nota más afianzados cada batalla que pasa. Sobre todo a Pinola. Cada vez más parecido al que brilló en el conjunto rosarino. Lo dicho anteriormente. Si River logra saltar el primer vallado, esta base llena de experiencia va a ser difícil de tumbar para cualquiera.