UNA INFLACIÓN SIN PRECEDENTES
La palabra que asusta a una sociedad que se cae cada vez más en los números del indec, es algo que hoy puede tomar relevancia para bien en el país menos algunos, o para mal en la mitad de la mitad de la mitad más uno. Me imagino un presidente alunado por el futbol que tanto le preocupa, firmando decretos inflacionarios de un 20% por culpa de Gallardo, Armani, Martínez y Scocco. Me imagino una inflación en la bronca del mandatario de la calle Viamonte, que por cierto, ayer le pidieron una foto con la copa en sus manos junto con la de Ponzio y casi le tira por la cabeza la coronación. Imagino a su par del barrio porteño rival, con una inflación en sus preguntas a como sobrellevar esto, ya que estaba ganado en los números iniciales antes del cotejo, pero más imagino a esos hinchas-jugadores la inflación que hay al sentarse, al dejar un cheque simbólico de segundo puesto en el verde césped la cual parece no importar en su economía a un plantel costoso, una inflación fuerte en sus retinas por quedarse a ver la entrega de premios al merecido campeón, pero más debe calar profundo la inflación histórica que deja EL ÚNICO Registro a color y televisado de una final disputada por los clubes más populares y antagónicos del país. Boca parece un tema de estado y por mucho tiempo (hasta otro partido trascendental) River, Gallardo y todo el pueblo lo derrocó de su sillón de Rivadavia, invadimos su territorio y los exclavizamos, una colonización del siglo XXI que será la que desestabiliza una economía de fantasía, trayendo a la cruda realidad de un gigante ganando tal batalla en todo sentido. Que paguen los impuestos con intereses a 1000 años se escuchará, total ni Naciones unidas, el club de París o el fondo monetario pueden salvar al pueblo del riachuelo.