GRACIAS POR OTRA ALEGRIA
Sus lágrimas fueron nuestras lágrimas, su llanto nos mojaba el alma. Su sonrisa, bajo esos ojos tristes iluminaban nuestros corazones, así como miles de luces y flashes iluminaban el campo desde la tribuna. Su vuelta fue nuestra vuelta. Incansable, prepotente en la cancha, luchador, yendo al frente sin dar una bocha por perdida. Él volviendo al verde césped, nosotros volviendo a gritar supercampeones. Volvió el eterno Rodrigo. Pegó la vuelta pero nunca sólo. Acompañado de Napoleón, ese que planeaba los partidos en un tablero cuadriculado gritando Jaque Mate a viva voz. Volvió el Pity que tanto esperábamos, el de los partidos importantes. Apareció un gigante bajo los 3 palos. Ocupando un lugar que hace rato no sentiamos lleno. Retornaron los abrazos y sonrisas, las caras largas y ajenas. Volvió una copa a nuestros brazos que no viene vacía. Vino llena de esa vitamina, de ese "que se yo" que golpea en el ánimo. Mientras nosotros golpeamos fuerte nuestros pechos para decir "acá estamos, carajo! Sigan dándonos por muertos cuando vean sangre". No está muerto quien pelea, y nosotros de pelear nunca nos vamos a cansar. Esto será el principio de otro ciclo, de esos vaivenes que tiene la vida. Luego de pisar fondo, otra vez preparamos las alas, que mientras tengamos al caudillo, al león, al muñeco y su gente, nunca vamos a dejar de soñar. Gracias, otra vez gracias River.