Eternamente campeones!
Hoy desperté como una mañana cualquiera. Subí al auto y cerré el portón, como una mañana cualquiera. Me cruzaba a la misma gente, a los mismos autos. Todo parecía una mañana más. Prendí la radio como un día normal. Pero no sería asi. La voz apagada del locutor, sumado a la palabra "tragedia" me hicieron subir el volumen automáticamente. Entre la interferencia de la emisora pude escuchar clarito la palabra "Chapecoense", y todo se volvía más confuso aún. Llegó un tercer término que acabó pintándolo todo con los colores más tristes: " a bordo". "tragedia, a bordo, Chapecoense" luego vinieron los detalles. Miraba el estéreo del auto como si me hablara y no me daba cuenta de la luz verde del semáforo. Instantáneamente se me vino a la cabeza la historia del Torino de Italia, y los hinchas de O'Higgins en Chile. Las 12, se habían cumplido, la cenicienta del fútbol sudamericano había dejado la fiesta. Este club, que hace dos años tuve que investigar de que país era cuando jugó contra River, se fue haciendo un lugar en la Sudamericana, y representaba a Brasil, el Brasil del San Pablo, del Inter de Porto Alegre, del Flamengo. Lograron, a pura tracción a sangre, ponerle el pecho a los grandes y llegar a la final. Pero el destino se encarga cada tanto de escribir los guiones mas tristes. Quizás para hacernos saber que no tenemos el control como pensamos. A todos los hinchas de Chapecoense, a sus familias, a los amigos, a los hinchas del futbol, les digo que sé que no hay nada que decir en estos casos. Solo que toda persona en el mundo que alguna vez pateó una bocha, estará de su lado en estos momentos. Nuestras condolencias a familiares y amigos. Nuestras condolencias a los hinchas. Eternamente campeones! Alan Snitifker