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AL FIN EN NUESTRAS MANOS


Por fin llegó el día tan soñado por todos los hinchas millonarios, el 29 de octubre de 1986, la Copa Libertadodres no se podía escapar de nuestras manos, al fin iba a estar en manos justas y merecedoras. Lo había lamentado hasta las lágrimas en el 76; en que mejores manos que las del Pato, el Mariscal o el Beto??!!. Cuando la falta de control antidoping por aquellos años permitió que cualquier cachivache la levante. Soñaba que el Beto Alonso o el tolo Gallego la iban a levantar y a pasear por todo el Monumental con su fuego sagrado. Desde temprano se respiraba optimismo, confianza, seguridad; esta vez no se iba a escapar. Se enterrarían para siempre todos los fantasmas del pasado. "Que gallinas, que gallinas nunca más..!!!. En la fase de grupos nos había tocado con Peñarol, Wanderers de Uruguay y el equipo que cuando no corre con el caballo del comisario hace "pucherito" y se va (ni el hijo de recontra mil putas de Grondona te salvó esa vez), y decí que el panadero era muy boludito, si no veía que quedaban afuera y sacaba el gas pimienta. Después creció el flor de pelotudo y se animó. En las semifinales: con Barcelona de Ecuador y Argentinos Jrs.; definimos en un partido desempate con el bicho en cancha de Vélez, éramos lejos los dos mejores equipos del continente; y pasamos a la final. Ahora con el América de Cali de los bosteros Falcioni, Ischia, Gareca y Cabañas. El partido de ida fue el 22 de octubre en el estadio Pascual Guerrero, en Colombia; terminó 2 a 1 con goles del búfalo Funes y el Beto Alonso. El 29 de octubre estaba destinado a ser el gran día. No, esta vez no se puede escapar de nuestras manos. Esta vez la tienen que levantar el Tolo y el Beto. Recuerdo que llegamos con mi hermano muy temprano al estadio, sin entradas." ...Y ahora?", "no sé como, pero vamos a entrar". La policía y la montada estaban intratables; hasta que en un descuido nos "trepamos" por el cerco de alambre por donde estaban las canchas de tenis (hoy, el museo y la tienda de River) y adeeentroo!!!. El estadio era todo rojo y blanco, y la emoción picando en punta y ganando por goleada; la fiesta que caminaba acompañando a cada hincha, esperando el momento preciso de explotar al grito sublime de Campeones!!!. Ese día creanme que el monumental latía, tenía vida propia, y como un flash, se me presentan miles de imagenes. La primera, la compañía de mi hermano, que aunque hoy no lo tengo, siempre va a caminar junto a mi y al millo, los hinchas transformados en banderas, en disfraces. Casi 90.000 mil almas se hicieron presentes esa noche; estaba todo el país, menos algunos. Y de pronto la lluvia, testigo de tantos éxitos. ... Y ahí estaba esa dama de cintura ceñida y silueta tentadora, que tiene forma de copa y que tantas noches de desvelo la imaginé en mi almohada con funda roja y blanca que me había hecho mi vieja. La hora de la verdad estaba en primera fila; un empate alcanzaba, pero había que ganar para darle el marco adecuado a semejante consagración. Recuerdo que entraron a hacer el reconocimiento de campo los jugadores del América de Cali y Gareca, Falcioni e Ischia tenían globos azules y amarillos, los globoludos!!!, Yo los veía y... pobrecitos, como dijo un filósofo contemporáneo alguna vez. Del partido en sí, no me acuerdo casi nada; hasta que el negro Enrique corrió desde atrás a un jugador del América, para recuperar una pelota perdida, cerca del circulo central; ganó una increíble y metió 5º a fondo y cerca del área se la pasó a Funes, que recibió de espaldas, aguantando la marca, giró a su izquierda y ya en el área ví que era gol; estábamos detrás de ese arco; sacó el zurdazo cruzado y GOOOLLLL!!!!, Delirio, Locura, Estallido, Definición. Yo estaba arriba de un paravalanchas tapándome con una de las banderas de la lluvia, pero aparecí varios escalones abajo. Se vino todo abajo!!. Años después, lo recordamos tal como fue con mi amigo del alma Fer Beruti, que también estuvo allí presente. Lo que siguió fue todo fiesta; la fiesta de saber que el sabor de la conquista estaba ahí nomás. Aquella noche inolvidable River y el pueblo millonario quedaron en paz. Ahora si, por fin llegó el momento supremo para iniciar la danza que dará la vuelta por todo el monumental. Por fin en buenas manos. En las del Tolo y el Beto, que por un momento fueron las de millones de hinchas. "EL DIA QUE ME MUEEERA, YO QUIERO MI CAJOOON, PINTADO ROJO Y BLAAANCO, COMO MI CORAZON..!!!

Alberto "Tito" Lausi


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