Corazón vs Bolsillo

Soñamos de vez en cuando ser como nuestros ídolos, los inmortales, los intocables. Y quizás por esta razón soñamos que ellos sean como nosotros. Soñaba a menudo en encontrarme con el torito y darle un abrazo. Anhelaba cotidianamente en ser amigo de un amigo del pelado Almeyda, y encontrarlo en algún asado para agradecerle tantas cosas, y quizás reprocharle alguna otra, pero compartir algo con él. Tantos años soñé tremendamente cruzarme con el príncipe, con el burro, con el chori y tanta gente. En cualquier situación, y darle un sencillo apreton de manos, pedirle un autógrafo, una foto, contarles lo feliz que me hicieron sin conocerme, y sin que yo pueda darles nada a cambio. Yo estaba seguro que ellos accederian con una sonrisa, quizás con timidez, pero con la entrega que tendría un ídolo hacia sus admiradores. Pensaba que yo, sí fuera ellos me prestaria a tal pedido, que jugaria en el club de mis amores para siempre. Estoy seguro que sí fuera una estrella del fútbol mundial volvería en mi mejor momento para darle todo al club que me vió nacer. Me moveria con el corazón y no con el bolsillo. Comprendí con los años, y con unas cuantas desilusiones en la espalda, que el corazón no es siempre el que lleva la voz cantante. Tuve que entender que la mayoría de ellos son sólo trabajadores, y como tal sólo pretenden un salario mejor, y quienes vuelven por amor, los menos, son los que hacen revoluciones. Dejé de soñar con encontrarme con mis ídolos por el miedo que me daba. Encontrarme con algo que no esperaba. Hoy ya no sueño encontrarme con ellos, y suelo pensar que sería bueno no volver a tener noticias sobre ellos. Que el tiempo los haga leyenda."lo hacen por guita" escuche mil veces. Y las mil veces sabía que era cierto, pero luego recuerdo a esos, los revolucionarios, que de verdad volvieron sólo por la gloria. Ojalá el tiempo no vuelva a cerrarme la boca. Alan Snitifker