Del infierno al cielo!
23 de Junio del año 2012, de eso no me olvido. Volvería a dormir después de un año largo, volvería a soñar con lo más alto del futbol mundial. Trataría de sacar de mi cabeza esa imagen de 60 mil almas llorando en las tribunas, arropándome, solo un poco, con la figurita del pelado Almeyda levantado en andas, con las lágrimas que brotaban desde sus ojos. Intenté frenar ese dolor con la alegría que sentimos al ver volver a nuestros hijos pródigos, volver a su casa, al lugar del que nunca debieron irse. Ver sus lágrimas y sentir que si ellos, mis ídolos, lloraban asi, porque no iba a llorar yo, un simple mortal que soñó siempre estar en su piel. Intenté todo lo que estaba a mi alcance para olvidar lo sufrido, pero comprendí entonces, justo cuando David intentaba convertirse en un héroe precoz y empujaba la pelota contra las redes, que ese dolor no se iría. Estamos hechos de victorias y fracasos, estamos hechos del orgullo que sentimos por ser auténticos, de amar a este club en las buenas… y en las malas mucho más. Entendí que no debía ocultar el dolor, si no poner ese cuadro en lo mas alto de toda la sala, mirarlo cada mañana y buscar una explicación a la locura que sentimos nosotros, los que levantamos una bandera con la banda e inflamos el pecho cuando todos nos daban por muerto. Mirarlo cada tarde y recordar que las personas que valen son las que nos acompañan siempre, pero también las que vuelven a darnos una mano en los momentos mas jodidos, sin esperar nada a cambio, más que el placer de vernos bien, y llorar abrazados con nosotros en los buenos tiempos. Tendré que mirarlo cada noche para entender que hasta los momentos mas tristes nos dejan una enseñanza. A veces hay que llegar al fondo del pozo para hacer pie y saltar más alto que todos. Y la altura que alcances depende de vos, y de cuanto te esfuerces. Nunca diría que estaré orgulloso de lo que nos pasó, pero cada día me siento orgulloso de que cuando todos nos daban por muerto inflamos el pecho, nos apoyamos unos en otros y caminamos a paso firme hasta el último peldaño de la escalinata. Este 23 de junio recordemos que volvimos a ser River, para no olvidarlo nunca más.